En estos tiempos rápidos que vivimos, cada vez aparecen un mayor número de personas que tienen problemas de estrés y ansiedad, y la prevención se está convirtiendo en algo obligado. Vivimos en tiempos de correr, comiendo rápido y mal, durmiendo poco, haciendo muchas cosas para intentar sobrevivir en estos tiempos de crisis. Tiempos donde el estrés y la ansiedad pueden acompañarnos durante todos los días de nuestra vida si no nos damos cuenta.
Y... ¿Qué puede hacer la musicoterapia para reducir el estrés y la ansiedad?
En general, creo que la musicoterapia es una herramienta perfecta para expresar y comunicar todo lo que tenemos en nuestro alrededor, proporcionando un tiempo y un espacio para lo que necesitemos (ser agresivos, reir, llorar, etc), siempre de una forma más o menos guiada por un terapeuta, cuya principal función es acompañarte en tu proceso.
Dependiendo de la persona o grupo de personas, los objetivos podrían variar, pero en general puede resultar muy beneficiosa para: desarrollar técnicas de respiración (que son muy necesarias en la mayoría de los casos), improvisar con instrumentos, la voz y el cuerpo (tanto como ocio como de forma terapéutica para descargar el estrés de forma física y producir serotonina a nivel cerebral); realizar relajaciones por ejemplo en forma de inducciones o baños de sonido, etc.
El hecho de realizar relajaciones, ayuda a que tu cuerpo y mente se acostumbren a vivir y revivir sensaciones de tranquilidad y relajación. Como estas sensaciones resultan placenteras, tu mente puede tender a repetirlas si las asocias con un movimiento por ejemplo: Acumular momentos de relajación asociadas a un movimiento corporal puede ayudarte a relajarte cuando más lo necesites. Cuanto más se practiquen estas técnicas, más fácil será lograr controlarlas para los momentos que lo necesites.
Desgraciadamente actualmente no hay tantas investigaciones como deberían al respecto. Sobre todo en el tema de la prevención del estrés y la ansiedad. Tampoco abundan los especialistas en nuestro país. En algunas ocasiones, directamente se apuesta por los psicofármacos ya que su efecto es más rápido y aparentemente económico, pero por otro lado pueden resultar dañinos.
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